Santiago, 27 de abril de 2012
Estimados integrantes del Colegio de Periodistas:
Les escribo esta misiva como colega vuestro y Presidente del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Compañía Chilena de Comunicaciones S.A., Radio Cooperativa, y las ideas que abajo expresaré las he compartido con mis colegas de los nacientes Sindicatos de Radio Bíobío e Iberoamericana, Radio ADN.
Le agradezco la oportunidad de hablar a través de este medio al Presidente de la Orden, Marcelo Castillo, pero especialmente a la Consejera Metropolitana, Javiera Olivares, quien está llevando a ustedes estas palabras, junto con alentar con otros integrantes de la Orden para que se abran estos espacios y así podamos comunicarnos.
Llevo 15 años ejerciendo el periodismo, en distintos medios de comunicación y en su momento fui Presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile.
Mi intención es entregarles a vuestro interesante debate algunos elementos para la discusión, entre ellos, la visión de un profesional que ha tenido las opciones para desarrollar esta labor, pero que ha visto las miserias con que debemos día a día lidiar debido a una precariedad laboral y en especial, un control de los medios de comunicación por parte de grupos empresariales y lógicas de mercado para entender esta función social.
Por lo mismo, mi intención es colocar tres elementos a la palestra: Primero, las razones por que nunca he querido participar del Colegio de Periodistas; Segundo, la brecha generacional que se está desarrollando entre los actuales integrantes del gremio y los colegas que están ejerciendo labores en la actualidad y; Tercero, la importancia de fortalecer sindicatos en los medios, espacios más efectivos y constantes para conseguir mejoras en nuestras condiciones laborales, nuestra libertad de acción en el ejercicio profesional y un lugar para interactuar con otros profesionales de las comunicaciones.
Creo que el Colegio de Periodistas se ha transformado en un lugar anacrónico frente a la realidad de los miles de profesionales egresados de las más de 30 escuelas en todo el país, ya que como organización no ha sido capaz de integrar a los nuevos licenciados, ni tampoco ha generado espacios que ayuden a complementar la labor diaria con los principios éticos y gremiales que tanto se citan para la obra personal y colectiva.
No es mi intención culpar o responsabilizar a nadie, sino que más bien mi idea es que el tema se vuelva prioritario para el futuro y desarrollo de la organización, por que no deseo que el Colegio se transforme en un cementerio de elefantes donde llegue un Rey de cacería y nadie diga nada. Tampoco está en mi lógica acusar a los actuales colegiados de ancianos, vetustos o desfasados, porque eso sería una torpe grosería de mi parte, más cuando mis primeros pasos los dí con maestros tan grandes como Mario Gómez López, Enrique Fernández o Hernán Barahona. Por favor, que no se entiendan así estas palabras.
Y eso me lleva al segundo punto que les quiero plantear, pues el Colegio de Periodistas no está objetivamente representando a los actuales profesionales de la Comunicación Social, donde una gran mayoría sale de sus universidades a los 24 años y salvo excepciones por intereses particulares no ve en la Orden el espacio integrador y necesario para iniciar la vida profesional.
Además, ustedes debe entender que los sueldos de los periodistas jóvenes muchas, pero muchas veces no superan los 300 mil pesos y gastar en una cuota mensual de integración aunque sean 5 mil o 10 mil de ese monto se hace absolutamente superfluo.
Creo que ustedes reunidos en este Congreso Nacional deben avanzar en una AMNISTIA INTEGRADORA, un año de captación de nuevos colegiados y colegiadas, a modo de generar ese vínculo con la organización que se ve es ya ni siquiera una urgencia, sino que sencillamente un fin en si mismo para el futuro de este gremio.
Por lo mismo, es casi un deber repensar la institucionalidad del Colegio para el ingreso de nuevos colegas. Se hace muy complejo no tener un rango de flexibilidad al momento que un licenciado, que por distintas razones, en especial económicas, no ha podido titularse en la Escuela donde estudió, y que por sólo esa razón no pueda pertenecer a la Orden. Más cuando ese colega lleva ya un par o más años ejerciendo el periodismo en un medio de comunicación, o a veces en varios, porque con eso logra completar un sueldo mensual más digno y acorde a una calidad de vida decente. Creo que urge que ese tema sea revisado, sino la captación de nuevos integrantes para el Colegio se hace dificilísima.
Este punto lo hago en virtud de un amplio sector de periodistas, donde me incluyo, que está abierto a las ideas nuevas, a conceptos rupturistas y que desea cambios significativos. Somos gente joven y que trabaja actualmente en los medios de comunicación que por diversas razones no PUEDE o no QUIERE colegiarse. Hablarles a ellos es crucial para el futuro de la organización.
Por último, debo hacer relevante el rol de los Sindicatos en los medios de comunicación, más cuando los dueños de estas “empresas periodísticas” usan hasta más allá del abuso la aplicación del artículo 22 del Código del Trabajo y utilizan hasta 15 a 16 horas a los periodistas en sus lugares de trabajo con la excusa que “LA NOTICIA NO TIENE HORARIO”.
También los Sindicatos son el lugar de interacción de los periodistas con sonidistas, camarógrafos, tramoyas, y tantos otros profesionales de los medios de comunicación y del mundo de la cultura y el espectáculo, que también ven y analizan que en la UNIDAD de los trabajadores de estas empresas esta la mayor fuerza para los intereses comunes como los particulares.
El Colegio de Periodistas debería convocar a los Sindicatos de los medios de comunicación para generar una instancia de diálogo y trabajo conjunto que permita visibilizar la explotación de cientos de trabajadores de estas empresas, como también las innumerables prácticas antisindicales que día a día sufrimos los dirigentes por el sólo hecho de alzar la voz.
Quiero cerrar mi intervención agradeciendo que ustedes, los consejeros e integrantes del Colegio de Periodistas sigan desarrollando organización, con la constancia y las escasas herramientas que a veces se ven el horizonte. Pero siento que la sinceridad, el coraje y la elocuencia son armas tan nobles y dignas que combaten a la autocomplacencia, el inmovilismo y la pasividad.
Sepan ustedes que estas reflexiones las he venido madurando hace años y meses, que han sido compartidas con periodistas jóvenes y otros dirigentes sindicales y espero que sean entendidas en su lógica, dinámica y dimensión.
Para cerrar les dejó unas frases del maestro Ryszard Kapuscinski sobre la misión y la exigencia de buscar cambios para llevar al mejor lugar nuestra vocación “En el periodismo no hay reglas de hierro. Son algo elástico. Se mezclan en la decisión la ética, donde la inspiración, el entusiasmo, es un fuego que con el tiempo se apaga. Si no estamos preparados para ese momento nos podemos perder. Hay que prepararse para ese momento ya. Si los periodistas nos limitamos a nuestros deberes cotidianos estamos perdidos”.
Desde Santiago les mando un gran abrazo y les agradezco nuevamente darme el espacio para escuchar mis reflexiones.
Atentamente
Mario Antonio Guzmán – Presidente Sindicato Radio Cooperativa
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